Elías Mora nació el 14 de mayo de 1924 en San Román de Hornija, Valladolid, pronto se tuvo que hacer cargo de la economía familiar plantando patatas y remolacha, pero poco a poco comenzó con las viñas; tinta de Toro, albillo mayor y malvasía castellana. Su dedicación convirtió su nombre en sinónimo de excelencia en la DO. No en vano, los Premios de Viticultura El Alma del Vino, entregados por la diputación de Valladolid el pasado mes de mayo, reservaron su mención especial para Elías que acababa de cumplir 101 años.
El viñedo
Victoria es Ingeniera Técnico Agrícola, Enóloga y Experta en Análisis Sensorial Agroalimentario por la Universidad de Burdeos… y una apasionada de la DO Toro, segura de que es una zona que puede dar excelentes vinos de calidad reseñable. Hace más de 25 años conoció a Elías, al que empezó a comprarle uva para, más adelante, adquirir todo su viñedo. Después de trabajar muchos años en la estación enológica de Castilla y León, en 2020 Victoria dio el salto y fundó la bodega a la que bautizó con el nombre del hombre que lo había hecho posible. La peculiaridad de estas viñas es que no padecieron filoxera por lo tanto las uvas provienen de plantas directas –sin injerto de vid americana– cultivadas de forma tradicional en vaso y con densidades bajas. Situados entre los ríos Duero y Hornija, la extrema continentalidad del clima, la escasez de lluvias y la altitud –800 m– modulan la calidad de las uvas. Sus vinos son el resultado de viñedos que a veces aguantan condiciones extremas de sequía, donde las variaciones impuestas por el clima se aprecian en cada añada.
El vino
Gran Elías Mora 2017 proviene de las viñas del pago Senda de los Lobos que se asientan sobre suelos con gravas en la superficie y costra caliza en profundidad. La vendimia se realizó de forma manual en septiembre de 2017 donde ya se lleva a cabo la primera selección que se afina en bodega, así, sólo los mejores frutos pasarán a formar parte de este vino. Dado que es un vino de añada única, tras envejecer 12 meses en barricas de roble francés, Victoria hizo la selección de las mejores para que continuaran su envejecimiento 5 meses más. El resultado es un vino de producción limitada –8.450 botellas– poderoso y complejo, con un perseverante final pleno de matices que, guardado en óptimas condiciones, podrá disfrutarse hasta, por lo menos, 2036.